Los meses de verano son sinónimo de vacaciones y de disfrute de los días con los que hemos soñado durante todo el año. Eso implica también una planificación previa de los viajes, la búsqueda del destino perfecto, los lugares donde comer, los medios de transporte que vamos a utilizar y, si tenemos una mascota, conseguir que todo ello se adapte a sus necesidades. 

Cada vez hay mayor oferta de destinos ‘pet friendly’ en los que puedes disfrutar de actividades como ir a la playa, pasar unos días en un hotel o descansar en el chiringuito con tu mascota como un miembro más de la familia, pero también es cierto que, en cuestiones como la elección del transporte, viajar con una mascota implica algunos requerimientos imprescindibles a la hora de viajar. 

Viajar en avión

Antes de viajar en avión, es recomendable informarse de las condiciones de cada compañía respecto al transporte de los animales, ya que algunas no lo permiten y cada una de ellas tiene su propia casuística. Además, normalmente el número de animales a bordo es limitado, por lo que conviene reservar plaza cuanto antes.

En el caso de viajes en avión, se aplica el Reglamento de la Unión Europea 998/2003 para viajar con animales de compañía y, en términos generales, es necesario que la mascota cuente siempre con su microchip o sistema de identificación electrónico, y que este además cumpla con la norma ISO 11784 o el anexo A de la norma ISO 11785. Igualmente, la mascota debe contar con su propio pasaporte o documento oficial establecido para los animales de compañía de origen comunitario.

Además de dicha documentación, el animal debe contar con el mejor acondicionamiento posible para el trayecto en jaulas o contenedores que puedan ser gestionados por parte de la compañía aérea, por lo que siempre se deberán identificar con las correspondientes coordenadas (dirección y número de teléfono del propietario).

Por lo general, si la suma del peso del transportín y la mascota no superan los de 8 kg pueden viajar en cabina, pero en caso de pesar más, es obligatorio viajar en bodega, en una zona adaptada para los animales de la cual disponen la gran mayoría de aviones.

Algunas compañías aéreas también tienen restricciones con respecto a la edad, la raza y algunas características específicas de los perros. Existen casos en los que no se permite que viajen cachorros que tengan menos de 8 semanas de edad y, en el caso de perros, si pertenecen a alguna raza considerada potencialmente peligrosa, se requiere que lleven puesto el bozal, incluso cuando están en el trasportín.

Sin embargo, los perros guía y los perros de asistencia no suelen tener problemas para viajar con sus propietarios en el interior de la cabina independientemente de sus características y pueden incluso viajar en compañías que normalmente no admiten mascotas a bordo.

Además, las compañías aéreas se reservan el derecho de admisión si consideran que un animal de compañía puede suponer una molestia para el resto de los pasajeros.

 

Perro comiendo pienso Rex

Viajar en tren

El tren suele ser otro de los medios de transporte más utilizados y, a diferencia de los aviones, suele ser más permisivo cuando cuentan con mascotas como pasajeras.

En el caso del AVE u otros trenes de larga y media distancia o Avant, está permitido el viaje a los animales de compañía que pesen menos de 10 kg. En esta descripción se engloban perros, gatos, hurones y aves (excepto aves de corral). Cada pasajero puede ir acompañado únicamente de una mascota y siempre en un trasportín o habitáculo cerrado y con unas medidas máximas de 60 x 35 x 35 cm.

Los trenes de cercanías permiten incluso la entrada de gatos y perros sin límite de peso, siempre que no se opongan el resto de los pasajeros. Los perros deben llevar bozal e ir sujetos con correa o, si son pequeños, al igual que los gatos, pueden viajar dentro de un transportín.

Viajar en barco

Al igual que en el resto de los medios de transporte, a la hora de reservar el pasaje en los trayectos en barco, es indispensable indicar que viajamos con un animal de compañía con el objetivo de conocer las diferentes opciones, los certificados médicos necesarios y los requisitos obligatorios según la tipología de buque.

Los viajes en barco, al tratarse de trayectos normalmente largos, implican que los animales de compañía tengan habilitado un espacio destinado específicamente a su uso, acondicionado con casetas individuales. En estos casos, se suele permitir que el propietario pueda visitar a su mascota durante el viaje para comprobar que esté bien e incluso pueda pasear con ella en la cubierta del barco.

En los barcos de trayectos rápidos se suele permitir que las mascotas de pequeño tamaño, perro o gatos que no superen los 6 kg de peso, puedan viajar en transportín cerca del propietario en una zona habilitada y también hay compañías que dan como opción que las mascotas vayan en el camarote junto a los dueños.

 

Viajar en coche

Se trata de una de las opciones más cómodas, populares y también la que menos estrés genera a las mascotas, en muchos casos, porque ya están habituados a este medio de transporte.

A la hora de viajar en coche, no existe una normativa específica que regule el transporte de mascotas, pero el artículo 18.1 del reglamento General de Circulación alude a las obligaciones de conductor, quien «está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción. A estos efectos, deberá cuidar la colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencia entre el conductor y cualquiera de ellos”.

Por lo tanto, el animal deberá ir con la correspondiente sujeción en el momento del viaje y nunca viajar en el asiento delantero. De no ser así se incumpliría la normativa vigente y el conductor podría ser sancionado con una multa de 80 euros, sin retirada de puntos.

Las soluciones más eficaces pueden ser los arneses que sujetan a la mascota gracias al cinturón de seguridad, una rejilla divisoria que permite habilitar el maletero para el transporte de animales de gran tamaño en vehículos con portón trasero o el uso del transportín, -que se puede colocar en el maletero y en posición transversal respecto a la dirección de la marcha o dentro del habitáculo si es pequeño-. Esta última se convierte en la mejor opción para mascotas de pequeño tamaño.

Durante los viajes en coche, al igual que los humanos, nuestras mascotas necesitarán también realizar su parada en boxes para beber agua y hacer sus necesidades, tal y como lo hacen en su vida diaria. Según la distancia del trayecto, necesitará más paradas o menos, pero deberemos tener presente que han de bajar, tomar el aire y hacer un poco de ejercicio si es posible. 

Otros tips de viaje

Ante cualquier caso, es muy recomendable consultar previamente con el veterinario y valorar qué medio de transporte es el más adecuado para que las mascotas viajen más tranquilas y que, además, nos ofrezca pautas para que su experiencia sea lo más positiva posible, como indicaciones de alimentación las horas previas al viaje.

Por otro lado, si nuestra mascota va a usar por primera ver el transportín, es conveniente que se acostumbre poco a poco y, para ello, le puedes entrenar en casa con la puerta abierta unos días antes y recompensarlo cada vez que entra o que duerma en él. Además, también puedes incluir en su interior una mantita o juguete con el fin de que tenga cerca el olor de casa.

Lo más importante es actuar con responsabilidad y nunca caer en la lacra que supone el abandono de los animales de compañía los meses de verano. Viajar con tu mascota es posible, cada vez es más fácil y, si no puedes llevarla contigo, existen opciones de guarderías o centros de acogida que pueden hacerse cargo de ellas durante tu ausencia.