Las garrapatas son uno de los parásitos externos más frecuentes en los perros y, también, uno de los más molestos, ya que generan una infección e irritación en la piel que les causa mucho picor y alteran por completo su calidad de vida y bienestar, además de ser transmisores de enfermedades. Por ello, todos los cuidados son pocos para su prevención.

¿Qué son las garrapatas?

No son insectos sino arácnidos, como los ácaros, los escorpiones y las arañas. Se fijan con sus mandíbulas a la piel del animal y prefieren alojarse en las zonas en las que esta es más fina, como son el cuello, las orejas, alrededor de la cola, detrás de las patas delanteras o entre las patas traseras, porque les resulta más sencillo acceder a la sangre.  

¿Cómo podemos prevenir las garrapatas?

Las garrapatas suelen estar en áreas cubiertas de pasto, entre los arbustos, en los restos de vegetación o en zonas arboladas, aunque también en los propios jardines de nuestros hogares. Proliferan además en ambientes cálidos, húmedos y que cuentan con muchas horas de luz y su aparición suele coincidir con la primavera y los meses de calor.

Si tu perro está en contacto con estos entornos, es importante revisar con frecuencia su pelaje, porque las garrapatas pueden agarrarse a este y, posteriormente, adherirse a su piel.

Para proteger a nuestra mascota contra estos parásitos es importante tratar tanto a los perros como al entorno a través de productos preventivos antiparasitarios.  Existen diferentes métodos de aplicación como collares, pipetas, pastillas, espráis, lociones, polvo o champús que pueden usarse de forma individual o combinada. Todos ellos suelen incluir en su composición fipronil, permetrina o piriproxifeno que, además, suelen cubrir frente a otros parásitos similares como son las pulgas o los piojos.

No obstante, siempre es aconsejable la consulta al veterinario antes de iniciar un tratamiento de estas características.

 

Perro comiendo pienso Rex

Síntomas en los perros

Al contrario que otros parásitos o insectos, las garrapatas no dejan picaduras y se desprenden, sino que permanecen adheridas a la piel del animal alimentándose del flujo de su sangre

Una vez se ha producido la mordedura de la garrapata, el perro comenzará a rascarse frenéticamente, no solo con sus patas sino a veces también con sus dientes, debido al picor tan incómodo y constante que sienten en las zonas donde estos parásitos se asienten, por lo que no parará de intentar aliviar dicha molestia.

También es una evidencia clara la aparición de un derrame en la piel del animal, llegando a crear moratones. En casos de infestaciones muy intensas y continuadas, pueden provocar anemia más o menos severa, causada por la pérdida de sangre.

Cómo eliminar las garrapatas

Una vez hayamos encontrado la garrapata en la piel de nuestra mascota, podemos servirnos de la ayuda de unas pinzas (existen especiales para garrapatas, de venta en farmacias) para coger al parásito por la parte más cercana a la piel y tirar suavemente hacia arriba. No hay que retorcer al tratar de quitarla para evitar que se puedan quedar partes de la garrapata enganchadas al cuerpo. Seguidamente, desinfecta la herida que esta ha causado en la piel y mata a la garrapata para impedir que vuelva a tu perro. Para deshacerte de ella, sumérgela en alcohol.

Si encuentras gran cantidad de garrapatas adheridas al pelaje de tu mascota o encuentras alguna complicación, será necesario llevar al perro al veterinario para buscar el tratamiento adecuado.

Para proteger a tu perro de las garrapatas y otros problemas de salud es muy importante observar su pelaje de manera constante y, sobre todo, cuidar su sistema inmunológico con una rica y completa alimentación.