Los terremotos son uno de los desastres naturales más devastadores que ocurren en nuestro planeta, además de ser uno de los que menos protegidos estamos, dado su complicada prevención.
A lo largo de los años se ha ido investigando como poder prever, de una manera más certera y con más anticipación, los terremotos y algún país, como China, ha puesto en su punto de mira a los animales como modo de detección.
Muchos científicos, después de realizar sus investigaciones, están seguros que multitud de especies pueden prever las catástrofes y, entre ellas, los terremotos. Lo único que todavía no se sabe es como pueden llegar a conseguirlo.
A lo largo de la historia, se encuentran una gran variedad de casos en los que los animales han sentido que se aproximaba un terremoto, incluso no solo con horas de antelación, sino días. El primer caso lo encontramos en el año 373 d.C., en el que el escritor romano Aelianus indica la huida de ratas y ratones anteriormente a un seísmo. Otro caso fue en 1975, en el que funcionarios Chinos de la ciudad de Haicheng se dieron cuenta del extraño comportamiento de los animales y ordenaron la evacuación de 90.000 habitantes, aconteciendo algo más tarde un terremoto de 7,3 en la escala Richter. Otro ejemplo claro, el tsunami de Indonesia de 2004, en el que la mayoría de mamíferos de la zona huyeron antes de que tuviera lugar.
En cuanto a los perros, está completamente demostrado que, cuando presienten que va a haber un terremoto, se comportan de manera extraña y diferente a la que es normal, pudiendo observarse que se sienten inquietos, ladran constantemente sin motivo aparente e incluso, algunos llegan a huir del lugar.
Queda patente que los perros son capaces de predecir un terremoto, pero la duda que sigue quedando en el aire es la forma por la que lo consiguen detectar. Investigaciones apuntan que es probable que puedan detectar ruidos de alta frecuencia en el interior de la tierra, también cabe la posibilidad que perciban cargas eléctricas en el ambiente o vibraciones del suelo.
Otra de las teorías que cobran importante fuerza es que los perros puedan sentir en las patas ondas sonoras, dado que son capaces de percibir estímulos que para nosotros serían imposibles.
También es muy importante el gran desarrollo del olfato de los canes, pues no hay que olvidar que poseen entre 200-300 millones de células olfativas frente a las 5 millones que poseemos nosotros, lo que les sirve de gran ayuda dado que pueden llegar a oler los gases que puede desprender la tierra antes de un terremoto.