Si eres amante de los gatos y tienes a uno de estos felinos como animal de compañía o quieres tenerlo, debes tener muy en cuenta esta grave enfermedad que suele ser muy común en ellos: la Leucemia felina.
Si estás leyendo esto es porque te interesa saber cuáles son los síntomas de la leucemia felina, su prevención y su tratamiento aunque, como ya os adelantamos, lamentablemente no tiene cura :(.
Fotografía de Cabecera: Asociación Defensa Felina de Sevilla
Para todos vosotros, hemos escrito este artículo que esperamos que resuelva todas las dudas.
¿Qué es la Leucemia Felina?
La Leucemia felina es una enfermedad infecciosa crónica mortal que está producida por un retrovirus oncógeno (feLV). Este virus infecta a las células del sistema inmunitario destruyéndolas o dañándolas, dejando al animal expuesto a una amplia variedad de enfermedades o infecciones secundarias como pueden ser el retraso en el crecimiento o incluso cáncer. Por desgracia, el diagnóstico es complicado y no tiene cura.
Esta frecuente enfermedad es variable según diferentes factores como: el área geográfica, la densidad de población o el estado de salud del animal, entre otras. No obstante, la prevalencia de esta enfermedad está decreciendo del 5 % al 1,5% al año debido a las medidas preventivas.
Asociación Defensa Felina Sevilla
En cuanto a la edad en la que los gatos son más susceptibles de contraer el virus, tenemos que señalar que el primer año de vida del gato es el pico máximo de riesgo a contraer la enfermedad, es decir, entre la 2 y 8 semana de vida. A partir del cuarto mes de vida es difícil que se pueda reproducir la enfermedad. A pesar de que aunque los adultos sean más resistentes, si éstos están permanentemente en contacto con alta dosis pueden ser infectados.
Por otro lado, el género del animal también es importante debido a que suelen ser los machos los que tienen más porcentaje de infección. En cuanto a los meses del año con más probabilidad de contracción del virus, éstos son abril y, en especial, los meses fríos, aunque cabe señalar que algunos estudios establecen que la mayor tasa de casos de leucemia felina suelen ser los meses que componen el otoño.
Transmisión del virus
La mayoría de los gatos, probablemente el 100%, son portadores de retrovirus endógenos integrados en el genoma de sus células.
Para poder transmitirse el virus tiene que haber un contacto directo, estrecho y continuado entre el gato enfermo por el FeLV y el gato sano. La transmisión se interrumpe si se separan los gatos. Es muy poco resistente a las condiciones ambientales habituales de un hogar y es destruido fácilmente por la mayoría de desinfectantes, jabones, el calor o la luz solar. Por ello el virus, una vez fuera del cuerpo del animal, no sobrevive nada más que unas horas.
Generalmente, se contagia mediante los fluidos por vía oronasal a través de la saliva, secreción nasal, orina, leche, sangre, semen, fluidos vaginales, leucocitos y epitelio urogenital. No todos los gatos tienen la misma probabilidad de contraer el virus, suelen ser más propensos aquellos que se relacionan en colonias o que suelen salir de casa sin la supervisión de sus propietarios.
En cuanto a los humanos y a las demás mascotas no debemos preocuparnos, este virus no puede ser contagiado a dichos cuerpos.
Tras la exposición con el virus pueden ocurrir 3 cosas:
- Inmunización: En muchas ocasiones, aquellos gatos que han sido expuestos al virus pueden desarrollar inmunidad. Si así ocurre, simplemente solo sufrirán fiebre, letargo o apatía durante unos días, pero el virus será eliminado de su cuerpo.
- Latencia: En otros casos, el virus podrá ser eliminado de la sangre y de la saliva pero quedará en la médula ósea u otro organismo, conllevando a que en cualquier momento de estrés o de defensa del animal pueda reaparecer o, por el contrario, incluso desaparecer para siempre.
- Infección: Por último, existen casos de gatos que han sido expuestos al virus, quedándose esté para siempre en su organismo. Pueden llevar una vida normal pero la mayoría con los años desarrollan una enfermedad relacionada con la leucemia y suelen morir.
Síntomas de la leucemia felina
Existe gran variación a la respuesta de este virus en los gatos pero, según las estadísticas, el 25% de los infectados suelen desarrollar anemia y el 15% cáncer. Es muy probable que, durante los primeros estadios de la enfermedad, no aparezca ningún síntoma. No obstante, después de unas semanas, meses u años la salud del felino empieza a deteriorarse, empezando a aparecer enfermedades derivadas del virus.
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Entre los síntomas más comunes podemos destacar los siguientes: fiebre, letargo, pérdida de apetito, adelgazamiento paulatino, deterioro del pelaje, inflamación de los ganglios linfáticos, anemia, infección de piel o vías respiratorias y signos gastrointestinales.
Entre los tipos de cáncer que pueden desarrollarse en los felinos a consecuencia de este virus son: de médula ósea, leucemia, en los ganglios linfáticos, timo, riñón, intestinos, hígado, ojos o nariz.
Pronóstico
El pronóstico para un gato enfermo de leucemia felina no es muy favorable. Las estadísticas dicen que entre el 80 y 90% de los gatos infectados mueren entre los 6 meses y los 3 años de haber sido diagnosticados. Su esperanza de vida, en algunas ocasiones, es más larga e incluso hay gatos que pueden mantenerse sanos sin manifestarla. La edad con la que contraen la infección es decisiva respecto a su evolución posterior, debido a que a mayor edad menor susceptibilidad.
Asociación Defensa Felina de Sevilla
Prevención
Como ya hemos dicho en reiteradas ocasiones, es un virus que no tiene cura y que de tenerlo, la esperanza de vida es muy corta. Es por ello que, lo que mejor podemos hacer para que nuestros amigos felinos no contraigan la enfermedad es prevenir el contagio.
Para una buena prevención hay que tener en cuenta que el foco del virus suele estar donde mayor cantidad de gatos hay, con que no debemos dejar que nuestro gato se relacione con otros felinos que no conozcamos si son portadores del virus o no. También debemos darles una buena nutrición y una buena vida lejos del estrés.
Por otro lado, existen diversas vacunas que suelen tener unos resultados de eficacia muy variables., en algunas incluso se atribuye una duración de inmunidad de al menos 12 meses. A pesar de ello, hay que señalar ciertamente que ninguna vacuna produce una protección suficiente. A su vez, es importante destacar que no es una vacuna esencial y sólo se recomienda poner en aquellos gatos que tengan riesgo de contagio. Antes de la vacunación es importante que se diagnostique si está infectado o no, ya que si es así la vacuna no sirve para nada.
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Si se opta finalmente por la vacuna hay que determinar que son dos dosis separadas por 3 a 5 semanas. Al año se revacuna con una dosis y, si el gato sigue estando en riesgo alto, se le seguirá vacunando cada año.
Con todo esto, os recomendamos encarecidamente que vacunéis a vuestros amigos felinos y así evitar males mayores. Ya sabéis, siempre es mejor prevenir que curar ;).
*Advertencia. El artículo de Rexpetfood.com muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.