Muchos hogares esperan la llegada de un nuevo miembro a la familia. Este grandioso acontecimiento, el cual es un motivo de gran alegría, también nos puede traer ciertas preocupaciones, si tenemos ya a un compañero canino en nuestra casa. Nos pueden surgir preguntas como: ¿Le hará algo al bebé? ¿Le puede contagiar alguna enfermedad? ¿Cambiará su actitud? ¿Será bueno para el niño?

¡Qué no cunda el pánico!, con unas buenas pautas evitaremos cualquier tipo de problema e incompatibilidad entre el bebé y el animal.  Es más, muchos estudios afirman que los niños que conviven con perros desde muy  pequeños desarrollan muchas habilidades sociales, sentido de responsabilidad e, incluso, aumentan su capacidad de empatía.

Para que todo nos quede más claro, vamos a ver cada una de las etapas y cómo debemos de afrontar la convivencia entre perros y bebés.

Las etapas de convivencia entre perros y bebés

Antes de la llegada del bebé

Lo primero que tenemos que hacer es preparar al perro antes de la llegada del bebe. Esto es fundamental, dado que las mascotas pueden sentir celos por la llegada de un nuevo miembro a la familia. Tenemos que observar a nuestro perro y darnos cuenta de si tiene algún comportamiento fuera de lo normal o si su estado emocional no es bueno.  Si es así deberemos llevarlo a un educador canino para que esté totalmente equilibrado emocionalmente cuando el bebe llegue a casa.

A continuación, es necesario pensar qué cambios se van a efectuar a partir del parto y cuáles van  a afectar a nuestra mascota, tales como los horarios de paseo y los lugares que no va a poder recorrer una vez el bebe esté en casa, así como ir acostumbrándolo a estas modificaciones poco a poco para que cuando llegue el momento no sea todo tan de repente. Un consejo muy práctico es intentar acostumbrarlo a que no salte encima de las personas, evitando así que lo llegue a hacer en el futuro con el bebé. Para ello, es recomendable coger todo tipo de objetos en brazos, agacharnos y dejárselo oler al perro,  así conseguiremos que no se excite.

Es muy importante dejar un tiempo de entre 10 o 15 minutos cada día destinado a nuestra mascota, en el que podéis jugar, darle caricias y entretenerlo. En definitiva,  todo lo necesario para prestarle atención. Este tiempo, el cual tiene que ser constante y diario,  debemos mantenerlo una vez que haya nacido el bebé. Esta rutina es básica para que el animal se sienta importante en el núcleo familiar.  A su vez, también se antoja necesario dejar que el perro entre a la habitación destinada al bebe y que se vaya familiarizando con los olores,  pero nunca  dejarle que se suba a los muebles del niño, evitando así cualquier tipo de accidente futuro.

La llegada del bebé

Este momento es el más importante y el que puede marcar la relación futura entre el niño y el perro. Es fundamental que, cuando se entre en casa con el bebé en brazos, el padre lleve al bebe y la madre salude al perro, ya que es a la primera persona que va a acudir a saludar, dado que la echará de menos debido al largo tiempo fuera de casa. Una vez que la madre ha saludado al animal y vemos que el perro está tranquilo, debemos agacharnos y enseñarle el bebe al perro y que éste, a su vez, lo huela tranquilamente.

Si  no os atrevéis debido a que el perro es muy bruto o activo, se le puede poner la correa para estar más seguros. Es clave que, mientras está oliendo al recién nacido,  acariciarle y hablarle, así le transmitiremos tranquilidad y seguridad. Si vemos que no quiere acercarse, no tenemos que obligarle nunca y, si por algún casual,  el perro gruñe al bebé debemos reñirle y llevarlo a otra habitación castigado.  Por último, si nos encontramos con la situación de que el perro tenga miedo o agresividad, lo más recomendable es exponerle al bebé poco a poco para que lo vaya conociendo.

perro bebe

Josh Ward

Cuando el bebé tiene más de un año

Durante el primer año de edad no suele haber ningún conflicto entre nuestra mascota y el niño. En caso de ocurrir alguna incidencia, éstas suelen aparecer a partir de este año, que es cuando el bebé empieza a gatear. En este momento, es fundamental tener más cuidado de lo habitual,  así como una suma  alerta e incluso, una excesiva supervisión de ambos. No obstante, lo que tiene que quedar claro es que cuando un perro muerde o marca a un niño, la culpa nunca es del perro ni del niño, sino de nosotros. Por ello, se torna importantísima la supervisión.

Para proteger al niño, aunque suene raro, tenemos que salvaguardar primero al perro del bebé. Esto es así, ya que el niño cuando empieza a caminar suele perder el equilibrio, lo que puede suponer que se caiga encima del perro y éste se asuste o se agobie.  Si esto ocurre, lo más probable es que el perro asocie a los niños con algo negativo. Por ello, si vemos que el perro se está agobiando, lo deberemos apartar de forma lenta de donde estén, con especial cuidado con los perros mayores o con dolencias, ya que suelen tener menos paciencia y se revuelven con mayor facilidad.

En cuanto a los elementos del perro y del niño debemos tener presente varias cosas. En primer lugar, el recipiente de la comida y bebida del animal no deben quedar al alcance  del niño cuando éste gatee, evitando así cualquier tipo de transmisión parasitaria a través de la saliva y las heces. También es fundamental diferenciar los juguetes del perro y los del niño, para ello lo más aconsejable es que no se parezcan, así no habrá ningún tipo de pelea entre ambos.

Más adelante, cuando el bebé ya camine perfectamente, deberemos enseñarle la importancia de la comunicación no verbal, hacerle saber que nuestra mascota se comunica mediante movimientos de su cuerpo y que nos entiende mediante nuestros movimientos, es decir, inculcar a nuestro bebé que el perro necesita de un espacio propio y que siempre no se va a poder estar con él, incluso es recomendable que la estancia del niño con el perro sea un premio por buen comportamiento. Educarle a  que  cuando el perro mueve la cola, agacha la cabeza  y el cuerpo es porque está contento; que cuando tiene las orejas tiestas y la cola hacia arriba es porque está en tensión; y que cuando tiene la cola entre las patas, se agacha y las orejas hacia atrás, es porque es sumiso y se somete a él.

Si viene un perro a casa después del bebé

Ya sea un cachorro o un perro adulto, lo primero que hay que hacer es establecer unas normas con los niños respecto al modo de tratar al can.  No se debe achuchar, ni gritar y tampoco cogerlo bruscamente, además de que los primeros días hay dejarle un espacio para que se habitúe a su nuevo hogar. Si esto no se cumple, es muy probable que el perro coja miedo a los niños.

También se convierte de vital importancia el tomar una buena decisión en cuanto a la raza que escojamos. No debemos dejar pasar que hay perros que suelen ser mejores para la convivencia con niños, como por ejemplo el Golden Retriever, una raza muy cariñosa, pacífica, con mucha paciencia y gran carácter con los niños.

golden retriever

Jeremy Riel

Normas de higiene a seguir

Es más que fundamental una buena higiene cuando conviven niños y perros en el hogar.

Nosotros os vamos a dar unas pequeñas pautas:

  • No debemos dejar que el niño bese al animal y, en especial atención, en la nariz y la boca. Si no se ha podido evitar, lo más aconsejable es lavar al bebé rápidamente
  • Obligar a nuestros hijos a que se laven las manos cada vez que toquen al perro y, sobre todo, si van a comer.
  • Para que no haya ningún susto con las pulgas u otros parásitos, es obligatorio llevar al perro al veterinario para ponerle todo lo necesario a modo de  prevención.
  • Infecciones o tiña: muy a tener en cuenta debido a que los bebés son más débiles ante estos problemas. Si el perro tiene algún tipo de infección, lo separaremos del  niño hasta que le tratamiento haga efecto.  Si nos encontramos ante un caso de tiña el cuidado debe ser aún mayor si cabe ya que es muy contagiosa y peligrosa para el bebé.
  • Hay que lavar los enseres del perro continuamente.

higiene perros bebe

Como se ha visto, tener un bebé y un perro no es muy complicado, simplemente hay que enseñar al perro a tratar con el bebé y el bebé con el perro,  sobre todo en los primeros años. Estamos seguros de que se te caerá la baba viendo como tu bebé juega con tu mascota 😉

*Advertencia. El artículo de Rexpetfood.com muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.