La escabiosis o sarna sarcóptica es una infección altamente contagiosa causada por ácaros, unos parásitos que pertenecen a la familia de los arácnidos y que infestan la piel de los animales provocándoles lesiones dermatológicas
¿Qué es la escabiosis o sarna sarcóptica?
Es una enfermedad zoonótica muy contagiosa que afecta a la piel y se caracteriza por la aparición de un alto grado de picazón en el animal. Hay varios tipos de sarna, pero la más común en perros es la sarcóptica, que es provocada por el ácaro Sarcoptes scabiei y que también recibe el nombre común de sarna canina.
Los parásitos que infestan la piel de los animales son arácnidos diminutos, que suelen medir unos de 2 milímetros, difícilmente perceptibles por el ojo humano. El ácaro se alimenta de los tejidos del perro, cavando túneles para poner huevos que eclosionan al cabo de 3 a 10 días. El ciclo dura de 17 a 21 días y estos parásitos viven y se reproducen en la piel del animal.
¿Cómo puede contagiarse tu perro de sarna?
La escabiosis o sarna sarcóptica se contagia a través del contacto directo, por lo que su prevención es complicada y más si se trata de animales. El diagnóstico es difícil y un gran porcentaje de los casos no se trata de forma adecuada, algo que hace que la enfermedad sea aún más contagiosa. Esta enfermedad es común en los perros de todas las edades, razas, y de ambos sexos, pero es más frecuente en cachorros y perros sin esterilizar.
Los síntomas más comunes de la escabiosis en animales
En muchas ocasiones, la sintomatología de la escabiosis puede confundirse con los síntomas de la dermatitis atópica, complicando el diagnóstico. Aunque es importante tener en cuenta que el cuadro clínico de la sarna tiende a empeorar mucho más si no se recibe el tratamiento adecuado. La infección puede ocasionar fiebre, pérdida de peso, piodermas secundarias e, incluso, trastornos más graves.
El principal signo clínico de la sarna es la aparición de prurito, que es una sensación de picazón que provoca el deseo de rascar la piel. Como consecuencia del rascado, se producen heridas o lesiones en la piel.
Aunque los síntomas se manifiestan de manera generalizada por el cuerpo de los perros, si sospechas que tu perro está contagiado de sarna, puedes vigilar las orejas y los codos, que son las partes del cuerpo donde se concentran los signos más visibles. La pérdida excesiva de pelo también es un síntoma perceptible.
¿Cuál es el tratamiento más común?
Una vez detectada la enfermedad, es muy importante que se comience a tratar cuánto antes. El tratamiento se basa en acaricidas, que pueden ser administrados por vía tópica a través de pipetas, oral con comprimidos o, dependiendo de la fase de la infección, mediante inyecciones. Además, para combatir la picazón, también se suelen recetar analgésicos. Estos antiparasitarios son muy efectivos y suelen eliminan la enfermedad al 100% pero es importante que tu perro termine el tratamiento indicado, sino los parásitos pueden volver a reproducirse. La recuperación de tu mascota podría durar hasta seis semanas de tratamiento y aunque el ácaro desaparece rápidamente, los picores pueden persistir y es fundamental eliminar los huevos de los ácaros.
Tipos de sarna
Aunque la sarna sarcóptica es la más común, existen más tipos de esta enfermedad. La demodicosis canina es una tipología de sarna que suele aparecer en los cachorros, más común en animales de 3 a 6 meses de edad. El labio superior y las pestañas son los puntos de partida de la enfermedad, que después se manifiesta en la zona dorsal de la nariz, la frente y las orejas. La enfermedad es leve y suele durar entre 6 y 8 semanas.
Por otro lado, también existe la sarna otodéctica, esta tipología se contagia entre animales (perros y gatos) y se manifiesta en las orejas. Tiende a producir otitis, escozor y malestar general, para detectarlo, puedes comprobar si las orejas de tu mascota contienen puntos blancos que tienen movimiento. La enfermedad no es grave, pero sí es muy contagiosa. La sarna otodéctica no es una zoonosis así que existe posibilidad de contagio a las personas.